viernes, 25 de enero de 2013

El Cantar de Roldán. El destino de un héroe. II Parte


         Carlos, identificado en el plano religioso con el Dios Padre, representa los antiguos valores colectivos de prudencia y sabiduría, la universalidad heredada de Roma, prácticamente agotados en los tiempos del milenio. Lejos ya de la unificación política y cultural emprendida por el Carlomagno histórico durante el transcurso del s. VIII, la figura del emperador se asocia a una presente situación de debilidad política de sus herederos, que ya no son capaces de controlar al estamento aristocrático-guerrero. La debilidad de Carlos resulta una constante a lo largo de la canción; acepta sin discusión las resoluciones de su consejo nobiliario ante cualquier decisión importante; permite que algunos teóricos vasallos le impongan su voluntad; incluso cuando es capaz de prever la tragedia que afectará a la retaguarda de su ejército y a su sobrino Roldán, no es capaz de tomar decisión alguna que posibilite evitarla:

“Sur tuz les altres est Carles anguissus: 
As porz d'Espaigne ad lesset sun nevold. 
Pitet l'en prent, ne poet muer n'en plurt.” 

(Más que los otros está Carlos angustiado: 
En los puertos de España ha dejado a su sobrino. 
Sufre una gran pena, no puede detener el llanto)

         Roldán, identificado en el plano religioso con Jesucristo, representa los emergentes valores individuales de coraje y valor, típicos de la ideología caballeresca. Pero son unos valores demasiado nuevos, aún no universalmente aceptados y en ello radica la problemática, entre una dimensión del destino (que comporta la muerte necesaria del guerrero) típica de los germánicos y los nuevos valores cristianos que todavía no han penetrado tan a fondo como para modificar la espiritualidad de los caballeros.

         La Chanson de Roland se sitúa en la confluencia entre dos mundos culturales. Pero más que al inicio de una nueva época, corresponde con los últimos estertores de la antigua. De aquí se desprende que el poeta, probablemente un religioso, muestre un cierto cansancio por el ejercicio de las armas, además de una ferviente necesidad de paz, a través de la figura del emperador y sus barones más “prudentes”:

“Pecchet fereit, ki dunc li fesist plus, 
U par ostage vos (en) voelt faire soürs; 
Ceste grant guerre ne deit munter a plus. 
Dient Franceis: «Ben ad parlet li dux.” 

(Pecado cometería, quien fuese contra él más duro, 
puesto que quiere entregaros rehenes como garantía, 
esta guerra no debe prolongarse. 
Dicen los Francos: Bien ha hablado el duque)

Pero en el seno de una aristocracia que se hacía poco a poco con la legitimidad política y el poder territorial, era preciso encajar estos valores de coraje y bravura, el mismo oficio guerrero, en el seno del pensamiento cristiano. Asistimos en la Chanson de Roland al nacimiento de una nueva ideología de cruzada que marcará buena parte de la literatura a partir del s. XII, si bien todavía no asentada. De esto es muestra que los sarracenos aparezcan representados en el interior de una estructura socio-cultural idéntica a la de los francos, mientras que la única diferencia radica en que aquellos se encuentran en “el error”, mientras que los cristianos recorren el “auténtico camino”:

“Paien unt tort e chrestiens unt dreit;” 

(De los paganos es el error y de los cristianos el acierto)

 La ideología de cruzada, los valores caballerescos, necesarios para la autoafirmación de la aristocracia guerrera gobernante, calan y son fijados en la mentalidad de todos los estratos sociales a partir del s. XII. Desde ese momento, la ética germánica heredada del pasado precristiano, es sustituida por otra más acorde con aquella propugnada desde el estamento eclesiástico. Uno de los efectos inmediatos sobre la literatura francesa será la desaparición de aquella temática sobre el destino que venimos comentando, puesto que deja de existir aquel conflicto entre “lo viejo” y “lo nuevo”, entre lo “decrépito” y “lo juvenil”. Al menos en el ámbito concreto de la literatura en lengua romance, que refleja las inquietudes del estamento social guerrero dominante...

“Plus aimet il traïsun e murdrie 
Qu'(e) il ne fesist trestut l'or de Galice”

(Es mucho mejor que muramos batallando 
Que el prometido fin obtendremos al instante)