sábado, 23 de mayo de 2015

Asherah, la consorte de Dios



¿Quién es Asherah? En una primera aproximación, es una diosa madre semítica muy antigua que ya aparece en textos de época acadia (con el nombre de Ashratum), hitita (Asherdu, consorte de Elkunirsa, Creador de la Tierra), ugarítica (Athirat, creadora de los dioses) y en textos bíblicos, como el Libro de Jeremías, con el título de “Reina del Cielo”. En los mismos textos bíblicos aparecen unas cuarenta referencias a Asherah, siempre en un contexto negativo en defensa de Yahvé, el dios único y contra la idolatría y los cultos a otras divinidades como Baal.

“[…] el rey ordenó al gran sacerdote Helquías y a los sacerdotes suplentes y a los guardianes de la puerta que sacaran del templo del Señor todos los objetos dedicados al culto de Baal, de Asherah y de los astros, y los quemaron fuera de Jerusalén […] (2R 23:4)

“También demolió las casas de prostitución sagrada que había en el interior del templo del Señor, donde las mujeres tejían ornamentos para Asherah.” (2R 23:7)

Como se desprende de la Biblia y de numerosos restos arqueológicos, existió en el territorio de Palestina un culto organizado y muy popular en torno a esta divinidad, culto que incluso fue practicado en el interior del templo de Jerusalén, al menos desde los primeros tiempos del exilio del pueblo hebreo en Babilonia. Según algunos autores, este culto tendría unos cuatro mil años de antigüedad e incluso Asherah habría sido adorada por el mismísimo Rey Salomón. Tras el exilio, sin embargo, y ya en época monárquica, el politeísmo comenzó a ser perseguido en los albores de la construcción de un estado centralizado, necesitado de un mito fundacional de un primitivo Estado de Israel. Así pues, el monoteísmo bíblico de un solo Dios, Yahvé, fue un fenómeno artificial creado por la élite hebrea que escribió la Biblia durante el exilio en Babilonia, ejecutado posteriormente en el momento que estas élites quisieron crear una conciencia de “Pueblo elegido por Dios” diferenciado, como autoafirmación tras la experiencia de la conquista y la deportación a Babilonia, además de como medio de legitimación del nuevo poder centralizado, fomentando la creencia en el monoteísmo como medio de persistencia de la dominación y control social de la población. Pese a ello, el culto popular politeísta, aunque fue perseguido, no desapareció sino que pasó a la clandestinidad, sobreviviendo en ciertos aspectos del misticismo hebreo como la cábala.

¿Pero, realmente fue Asherah una divinidad por derecho propio dentro del panteón hebreo? ¿Qué indicios llevan a pensar en una diosa consorte de Yahvé? En primer lugar, es necesario señalar que la Biblia hebrea se refiere a Asherah en el sentido de una divinidad, pero también como objeto de culto, en la forma de un tronco o árbol sagrado: “No plantes ningún árbol ni ningún Asherah [tronco sagrado], junto al altar que construirás para Yahvé, tu Dios” (Dt 16:21). El estudio de las fuentes y restos arqueológicos presentan a Asherah como algo complicado de definir. Por una parte aparece una divinidad femenina, cuya imagen parece ser de madera. Pero también se la relaciona con troncos, con el árbol de la vida y de alguna forma se encuentra también conectada con columnas. Su culto parece ser llevado a cabo tanto en lugares elevados, como en bosques, en el altar de Baal o en el mismo templo de Jerusalén. Los textos se refieren a ella tanto en singular como en plural. 

Imágenes e inscripciones de Kuntillet Arjud - 1979
Lo cierto es que existe controversia en torno a esta figura, entre aquellos que la consideran sólo un símbolo sagrado y aquellos otros que, como John Day o Ruth Hestrin, la consideran tanto un objeto sagrado como una divinidad. En 1929 fueron descubiertos en el norte de Siria los conocidos como textos de Ras Shamra, una serie de textos mitológicos del pueblo cananeo donde Athirat, versión ugarítica del nombre de Asherah, es presentada como una deidad muy poderosa siempre en conflicto con el dios principal de los cananeos, El, divinidad que suele identificarse con el Yahvé hebreo. Para el investigador Frank M. Cross, Asherah sería la diosa madre creadora de los dioses, además de la esposa principal de El. En 1979 se descubren imágenes e inscripciones en el refugio de Kuntillet Arjud (Sinaí), donde unas inscripciones relacionan claramente a Yahvé y Asherah: “[…] Yo te bendigo delante de YHWH de Teman y su Asera". También una inscripción similar es descubierta en Khirbet el Qom, donde igualmente se menciona a Yahvé y su Asherah. La controversia aparece a la hora de interpretar la traducción de estas inscripciones. Para Judith Hadley, aunque el sujeto de la bendición es Yahvé, ésta es llevada a cabo por Asherah. Otros investigadores (Meshel, Albright, Day, Wiggins), interpretan Asherah en el contexto de lugar sagrado (bosque o santuario). Para William Dever, las imágenes femeninas en las representaciones pictóricas se refieren a Asherah en calidad de diosa, quedando manifiesta su identificación como consorte de Yahvé. La polémica continúa abierta.